Mucha gente olvida que el fascismo se hizo primero presente en Italia, y que tanto Mussolini como Hitler llegaron al poder encumbrados por el descontento del pueblo.
Hoy en Italia, Beppe Grillo, un cómico italiano que lidera el movimiento cinco estrellas (M5S) se ha convertido en el vehículo de ese descontento ciudadano.
Pero las declaraciones de su portavoz, Roberta Lombardi, negando el apoyo para formar gobierno al partido de centroizquierda de Pierluigi Bersani, diciendo que "O movimiento cinco estrellas o movimiento cinco estrellas" me recuerdan a las declaraciones de un Hitler que queriendo alcanzar el poder en Alemania también se negaba a pactar.
Aquellos que se niegan a negociar con otros se arrogan estar por encima moralmente de ellos, y de ser los únicos legitimados para gobernar por ser los únicos que oyen al pueblo.
Todo esto es peligroso. Es fascismo. Da igual que sea un cómico o un militar el que esté en la cúspide de ese partido. Por eso es necesario recordar que la clave de una sana democracia es la política de pactos y no la del poder absoluto basada en el descontento. No, la ira, la desesperación, no son buenos consejeros.
Publicado con Blogsy
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